Desarrollo de habilidades en adolescentes y jóvenes dentro del espectro autista

Autor:  

Psic. Roberto Maciel

Fecha:  

octubre 17, 2020


Como padres, durante los primeros años en los que damos con el diagnóstico y nos damos cuenta que algo no está funcionando bien, nos empezamos a mover y buscar lugares para dar terapia, escuelas. Ya llegando a la adolescencia se nos hace algo extraño seguir llevándolo a terapia de lenguaje, después de tantos años, y nos empezamos a enfocar en otras cosas. Lo ideal sería enfocarnos en trabajar la independencia. Es importante ver ¿qué cosas hago yo por ti que tú ya sabes hacer? Como lavarse los dientes, asearse, hacer tareas. Hay que darle el espacio para que se desarrolle por completo y logre independizarse en un futuro. Ir asignando nuevas tareas en esta nueva etapa.

Como papás es importante comprenderlo para acompañarlo, descubrir la etapa de adolescencia en conjunto. Ellos van a desarrollar su propia personalidad, buscar ser autónomos. La adolescencia es una etapa de tránsito, pasamos de la infancia hacia la vida adulta. A veces como papás no lo captamos, y seguimos comprando ropa con estampados de niño, seguimos fomentando la parte que a ellos les gusta: la misma música, juguetes, alimentos. Hay que empezar a probar cosas nuevas, por ejemplo, nuevos géneros de música: rock, pop, jazz, banda, no solo canciones de Disney o para niños. Lo mismo para el deporte, la ropa, las películas. Generar una introducción a nuevos gustos de manera paulatina, poco a poco.

El objetivo de nuestra intervención es terminar de prepararlo para una vida autónoma. Previamente hay que enseñarles a tener auto-regulación, para no estallar cuando las cosas no se hacen de la manera en que ellos quieren. Trabajar también en los sistemas de comunicación verbal, no verbal y comunicación alternativa, para poder expresarse y no generar frustración. Asimismo, enseñarles a desarrollar habilidades sociales; conforme vas creciendo, los grupos se van haciendo más selectivos y las pláticas cambian, los chicos empiezan a hablar de series, fiestas, viajes, y si no hay temas en común es mucho más complejo formar vínculos. 

También debemos de tener cumplidos otros requisitos: 

    • Higiene: que el chico pueda bañarse y limpiarse de manera autónoma.
  • Alimentación: probar nuevos alimentos, aprender a cocinar.
  • Expresión emocional: comunicar sus emociones e identificar cómo se siente.
  • Atención conjunta: qué es lo que estoy viendo/haciendo y por qué lo estoy haciendo, poder compartir experiencias.

Es necesario sumar habilidades para la vida adulta. Vamos a permitir que se equivoquen y aprendan de ello, experimentar, practicar. Si no dejo que te equivoques, nunca lo vas a aprender a realizar. Tampoco hay que permitir que en esa equivocación se vaya todo el tiempo y se frustre el chico, permito que te equivoques 2 ó 3 veces, luego te enseño a hacerlo, te corrijo y después “hazlo tú solo”. Hay que determinar un tiempo para practicar estas actividades, empezar con 5 minutos, después 10, 30, hasta generar una rutina. Utilizando los recursos que tenemos en casa. Iniciamos con actividades sencillas, cuidando que las instrucciones sean simples y concisas, para llegar a nuestro objetivo final. Aprender a moldear y dar retroalimentación, si se equivoca decir “inténtalo una vez más”, si lo hace bien, felicitarlo y reconocer sus logros. 

Referencias 

Maciel, R. (Octubre del 2020) Desarrollo de habilidades en adolescentes y jóvenes dentro del espectro autista [Audio]. Guadalajara: Fundación HACE, FAMES. 

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