Intervención escolar en niños y adolescentes con autismo

Autor:  

L.E.E. Karla Dennis Mercado

Fecha:  

enero 6, 2014


La educación, además de ser un derecho, ayuda de manera significativa a tener una mejor calidad de vida. Entendemos por calidad de vida: bienestar psicológico y físico de una persona. Como parte del bienestar de una persona, el tener un empleo y estar integrado a la sociedad es de suma importancia, esto se logra gracias a una buena educación.

Lo más importante de la educación es enseñar a pensar, que el niño aprenda a solucionar problemas, a tener distintas alternativas y formas de afrontar el día a día. Al hablar del espectro autista, nos encontramos con distintas opciones para escoger una escuela, ya que cada niño es distinto y tiene diferentes necesidades. Los puntos a resaltar a la hora de escoger una escuela son los siguientes:

– Que la escuela ayude a desarrollar al máximo las potencialidades de cada chico, tomando en cuenta las necesidades individuales.

– Que la educación sea especializada e intervenga en las áreas de desarrollo de dificultades con autismo: comunicación, socialización, simbolización, integración sensorial.

– Que el aprendizaje sea significativo, es decir, que generalice los aprendizajes en la vida diaria, siendo útil.

– Que el personal esté capacitado para intervenir con personas con autismo.

Debemos recordar que cada chico es distinto. El autismo se denomina como un “espectro”, porque, aunque las áreas de desarrollo sean las mismas (comunicación, socialización, simbolización, integración sensorial), para cada chico es distinta la magnitud de cada una de ellas, es decir, el grado de dificultad que presenta para desarrollarlas. Estas áreas de desarrollo se deben de tomar en cuenta a la hora de escoger una escuela. Como padres y tutores, es necesario ser como sastres: “coser el traje” a la medida del chico, no comprar uno y tratar de ponerlo.

En México, existen dos opciones para escoger escuela: escuelas de educación regular (privada o pública) o escuela especializada. Las escuelas privadas cuentan con un equipo psicopedagógico (psicólogos y maestros); la escuela pública cuenta con una Unidad de Apoyo a la Educación Regular (USAER), es decir, un equipo de maestros de educación especial que visitan las escuelas periódicamente. Por otro lado, una escuela especializada cuenta con Centros de Atención Múltiple (CAM), los cuales brindan atención escolarizada integral a chicos con necesidades educativas especiales, en este caso, personas con autismo. Habrá chicos de modalidad permanente o transitoria, es decir, algunos estarán un tiempo en CAM y después podrán integrarse a una escuela regular, algunos otros no (dependiendo el caso). La diferencia entre asistir a una escuela regular y a una especializada es el ambiente, el convivir con distintos chicos, y el plus académico de una escuela regular (materias, certificados, constancias).

En la escuela, lo más importante es la inclusión que se le da al chico en el aula, y para esto intervienen 3 entidades: el maestro/a, monitor/a, y el equipo de apoyo. Cada uno de ellos cuenta con una función específica:

  • Maestra: dirige al grupo y al chico, buscando incluirlo. Propicia interacciones entre los niños, aplica las evaluaciones y se comunica con los padres de familia.
  • Monitor: Se encarga de hacer ajustes necesarios dependiendo cada chico. Junto con el maestro, hace una adecuación curricular o currícula paralela. Es más cercano al niño, lo ayuda a desarrollar habilidades, aunque no debe hacer todo por él, es importante que desarrolle independencia.
  • Equipo de apoyo o Usaer en escuela pública: Equipo multidisciplinario con más experiencia en formación. Tienen el deber de dar estrategias para guiar al niño, con estrategias de intervención para la maestra y monitora. A ellos les corresponde mantener comunicación y orientar a los padres de familia y elaborar informes, junto con maestros.

Lo que se busca es propiciar la inclusión del niño, mejorar sus habilidades de comunicación (contacto visual, pictogramas, palabras), socialización (trabajar en círculo con otros compañeros y convivir), capacidad simbólica (metodología TEACCH, trabajar la flexibilidad mental), y la integración sensorial (visual, sonidos). La meta es trabajar en la independencia del chico, que desarrolle habilidades funcionales y pueda integrarse a la vida en comunidad y, así, tener una vida más digna.

El objetivo no es enseñarlo todo, es enseñar todo lo que sea útil para la vida.

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