De padre a padre: la oportunidad de encontrarme con mi hijo desde la metodología RPI

Autor:  

LDG Karla Galván

Fecha:  

enero 6, 2018


“Dale un pez a un hombre y comerá un día, enséñalo a pescar y comerá siempre.” -Confucio

La metodología RDI o Intervención para el desarrollo de las relaciones (Relationship Development Intervention) desarrollada por el Dr. Steven Gutstein, tiene como objetivo desarrollar los cimientos necesarios para que una persona con CEA sea independiente de por vida. El cerebro humano es neuroplástico, esto quiere decir que aprende durante toda la vida de la persona, es por esto por lo que el método se puede aplicar en cualquier edad.

La independencia es la capacidad de un individuo para decidir algo por sí mismo. En el autismo, esta capacidad para decidir no siempre se desarrolla por la persona. La independencia es algo que se enseña, no nace con ella, todo ser humano necesita aprender de un guía experto que enseñe lo que puede lograr y así alcanzar su independencia.

Existen muchas metodologías para trabajar con niños y personas con autismo, sin embargo, muchas de ellas trabajan sobre los síntomas de la condición y no en los déficits que van más allá de lo que se puede observar en un paciente. Pocas veces en terapia se habla de los déficits del autismo, más bien se habla de los síntomas. Se puede atacar los síntomas de manera superficial, como enseñarle a alguien a tener contacto visual, pero si no se enseña el motivo por el cual se necesita el contacto visual, en realidad no se está resolviendo el déficit de la comunicación no verbal.

RDI trabaja con actividades en familia, dentro de la dinámica en casa y a partir de objetivos. A partir de un proceso que lleva mucho tiempo y paciencia. Cuando dentro de una familia se diagnostica a alguna persona con CEA, es completamente normal que se presente una crisis familiar, muchas dudas e incertidumbre. A partir de esto comienzan las terapias y posiblemente se deja de pensar en otras cosas que no sea en la persona con autismo, sin embargo, se tiene que mantener el equilibrio dentro de la dinámica de vida. Esta metodología es un ingrediente para la familia, pero si el niño tiene trastornos comórbidos, se necesita ayuda extra. Se pueden combinar metodologías para complementar.

Para poder implementar el método RDI de manera efectiva, los papás deben resolver primero sus crisis personales, este primer paso es recuperar, restaurar y entender bien lo que está pasando. Una vez que se entienda la situación, se necesita estar preparado para desarrollar una relación consciente al guiar al niño hacia los diferentes objetivos y finalmente enfocarse en su independencia.

Los papás deben empoderarse y buscar la resiliencia, que es la capacidad para adaptarse positivamente a situaciones adversas. Que los papás trabajan esta parte en su individualidad, es el comienzo de la metodología, el comienzo del proceso de desarrollo del niño. Los problemas que pueda tener el papá, el niño de igual manera los presenta, es por esto por lo que al momento en que el papá o mamá trabajan en sus propias necesidades, están de igual manera comenzando a trabajar también las necesidades del niño.

La intervención en el desarrollo de las relaciones sociales bajo la perspectiva del método RDI, está basada en el desarrollo neurotípico y busca ser consciente de cómo se están dando las relaciones sociales entre diferentes personas, que incluso no se cierra solamente a personas con autismo. Esta metodología se enfoca mucho en el tratamiento familiar, quien debe estar involucrada en atacar los déficits puntuales de la persona con CEA.

En los primeros años de vida de un niño con autismo, se presenta una ruptura de enganche emocional, deja de haber retroalimentación entre padre e hijo. En esta ruptura, los niños pierden la capacidad de reconocer las emociones y sentimientos de los demás, no son capaces de interpretarlos. Entonces se busca cómo retomar esta conexión a partir de diferentes maneras, siempre buscando reconectar a través de objetivos al alcance de la persona.

La teoría de la inteligencia dinámica es la clave para mejorar la habilidad del pensamiento flexible en personas con autismo. Esto está relacionado con la generalización de las actividades, cambiar la rutina no tendría que causar estrés en el niño, ahí es donde entra el pensamiento flexible, cambiar de actividad sin necesidad de ocasionar ansiedad. Que el niño sea capaz de ser flexible con su rutina, sin que llegue a sentir frustración.

Muchos de los objetivos planteados en la metodología RDI, se pueden trabajar con roles, esto quiere decir, darle un rol al niño, enfocándose en el objetivo, no en una actividad específica. Desarrollando la independencia y habilidad que el niño necesita. Es esencial identificar lo que el niño ya es capaz de hacer y cómo se le va a enseñar algo nuevo, pasos cortos que le sirvan al niño para poder desarrollar la habilidad.

Controlar los sentimientos, es un proceso, se necesita de unos guías para fomentar los cimientos que van a ayudar a que el niño aprenda a regular sus sentimientos tanto positivos como negativos. A la mano de la educación dentro de la dinámica familiar. Poner límites siempre va de la mano con los objetivos que se ponen.

El autismo no es un obstáculo para vivir. Es deber de las personas que comparten vida con personas con CEA, ayudar a que ellos aprendan y desarrollen todo lo que se necesita para  relacionarse con su entorno y las personas. Las personas que viven con autismo son muy inteligentes, de ellos se puede aprender mucho si se abre a ello.

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