Interacción de las personas con Condición del Espectro del Autismo en la vida cotidiana.

Autor:  

Psic. Carlos Núñez

Fecha:  

junio 7, 2014


Para la interacción, se requiere saber el tipo de conducta  y cómo la desarrolla nuestro hijo. Es de gran importancia, el lenguaje de forma social y de cómo puede discernir alguna conducta.

Es importante reconocer que la forma de interactuar socialmente es  un poco complicada, ya que se tiene que dar a conocer la conducta, la comunicación y la vinculación.

Juega un papel importante que dicha interacción se adapte conforme al entorno social, para generar una buena integración, depende de la motivación de los padres y del hijo o persona con autismo. No se trata de trabajar la interacción, sino que a través de la convivencia se pueden desarrollar eficientes habilidades para un buen manejo en la vida cotidiana conforme a la buena integración.

Es muy importante saber que la vinculación emocional y las habilidades sociales se desarrollan con tal continuidad y con constancia de práctica, sobre todo se puede enseñar y aprender, porque las reglas sociales son ambiguas, son dinámicas y cambian constantemente y de estos cambios dependen de esa interacción diferente.

Como padres es bueno reconocer donde están las dificultades, si tiene una solución y con aportaciones positivas, para que estas mismas sean hábitos naturales, saber cómo actuar. La intervención social, se basa en la experiencia compartida, que es el significado y enseñanza que se le da a una persona con espectro autista.

La interacción en la adolescencia es más compleja y diversa, ya que van experimentando cambios emocionales y físicos, que la forma de interactuar sean nuevas habilidades y que las experiencias crean esa madurez de la persona con espectro autista. La cualidad del pensamiento en la que el chico se engancha es la base de cómo se desarrolla el pensamiento y las acciones, ya que, nuestro cerebro está en constante función activa, y por eso la intervención con las personas o su ambiente debe abarcar las diferentes necesidades de la persona en los distintos entornos y a lo largo del ciclo vital, favoreciendo un positivo desarrollo personal y social, así como la mejora de su calidad de vida en cada una de las dimensiones en que ésta se divide.

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