¿De qué hablamos cuando hablamos de hablar?

Autor:  

Psic. Carlos Núñez

Fecha:  

enero 19, 2015


Frecuentemente cuando se habla sobre Condiciones de Espectro Autista (CEA), la primera característica que nos viene a la mente son las dificultades en la comunicación y el lenguaje; por ende las dificultades para conectar o entendernos con las personas con CEA.

Justo en éste punto necesitamos reconsiderar un aspecto fundamental de las relaciones humanas, mismo que para algunos puede resultar obvio y quizá sea por su obviedad que muchas veces no lo tomamos en cuenta al momento de “intervenir” en habilidades sociales o de comunicación, y es que “conectar” o “entenderse” es cosa de dos. Las relaciones se construyen de forma conjunta, en ambos participantes existe deseo y responsabilidad por crear y mantener el vínculo. Sin embargo cuando hablamos sobre el desarrollo de la interacción y la comunicación nos salimos de la ecuación, y desde algún punto lejano deseamos que las cosas cambien. La unilateralidad suele ser un obstáculo grande principalmente para los “neurotípicos”, ya que desde esa trinchera nos enfocamos en educar, apoyar y modificar únicamente a las personas con CEA en pro de la mejor adaptación al contexto. Pero ¿Qué pasa con la educación, apoyos y modificaciones a los contextos “neurotípicos”?, ¿Qué tan dispuestos estamos a generar cambios adaptativos en nosotros mismos?

Afortunadamente en recientes años contamos con más recursos psicoeducativos para personas con CEA y también para personas sin CEA, pero al margen de los recursos formales y sofisticados que podemos encontrar para ambos, existe un recurso interpersonal incomparable, un “súper poder” que todos tenemos y pocas veces usamos debidamente, éste “súper poder” nos ayuda a combatir la unilateralidad y otros obstáculos presentes al momento de relacionarnos.

Se trata, ni más ni menos, de las habilidades mentalistas, sí, las mismas que nos esforzamos en potenciar en personas con CEA y que nosotros rara vez empleamos, las mismas en dónde reside la simpatía, la empatía y la tan nombrada teoría de la mente. Para tener éxito en la vinculación con personas con CEA debemos tomar conciencia de nuestro rol, de nuestro estilo comunicativo, de lo que podemos adecuar sobre nuestra comunicación teniendo en cuenta la forma particular de procesar la información que tienen las personas con CEA. Consideremos la siguiente afirmación:

“Te oigo mejor cuando no te estoy mirando. El contacto visual es incómodo. La gente nunca entenderá la batalla a la que me enfrento para poder hacer esto”. –Wendy Lawson, 1998

La cuestión es que, contrario a la opinión de Wendy, la gente si puede entender la batalla interna que describe, al menos estamos dotados con las bases neuropsicológicas para lograrlo, al menos hablamos acerca de empatía cada vez que hablamos de comunicación.

Podemos acortar distancias entre dos formas distintas de percibir el mundo, podemos tender puentes de adaptación y respeto, está en nuestras manos mejorar la calidad de vinculación que tenemos con las personas con CEA, mejor dicho, está en nuestra mente, usémosla.

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