La importancia de formar aprendices: el aprendizaje natural en personas con Condiciones del Espectro Autista

Autor:  

Psic. Diego Reza

Fecha:  

octubre 3, 2015


El sistema RDI (Relationship Development Intervention) está basado en los padres y busca mejorar las habilidades sociales y la adaptabilidad de las personas dentro del trastorno del espectro autista. En este modelo se busca crear una relación estrecha entre los padres y el hijo. Los padres cumplen un rol de guía; buscan atender y facilitar conocimiento al aprendiz, en este caso, el hijo. El rol del aprendiz es dinámico y flexible, no recibe solamente información u órdenes, sino que también aporta conocimiento y participa directamente. Para que se de esta participación, debe existir una retroalimentación entre el aprendiz y el maestro, es decir, entre el padre y el hijo. El padre debe motivar al hijo a intentar cosas nuevas, a explorar y actuar por sí mismo.

Un error que se suele cometer es dar por sentado que la persona dentro del espectro autista “es así”, que no puede cambiar. Esto no es cierto, todas las personas aprendemos gracias a las experiencias y podemos desarrollar nuevas habilidades. Para esto es necesario que el aprendiz se involucre en los procesos de comunicación e interacción. El guía puede creer que él tiene el control y determina lo que se puede o no hacer; estos límites y restricciones suelen perjudicar el proceso de aprendizaje. Un ejemplo de esto es cuando se busca tener una conversación con un niño y se le pregunta “¿qué comiste hoy?”, a veces el niño va a hablar de la comida que prepararon en su casa, y muchas otras, se va a desviar del tema; puede que termine hablando de su película favorita o de lo que hizo el resto del día. Usted, como guía, puede decidir direccionar la conversación nuevamente a la comida, o puede dejar que el niño siga aportando ideas y desenvolviéndose. Al fin al cabo, el tema de conversación no es el importante, sino que el niño logre comunicarse, que haya un diálogo.

Debemos empoderar a los niños o jóvenes, que sientan que son competentes y capaces de lograr las cosas. Si las condiciones para el aprendizaje son óptimas, los niños buscan nuevos retos y buscan complejidad, buscan ser mejores. Llega un punto en el que ya no necesita un indicador, empieza a experimentar y aprender solo. En el proceso de aprendizaje, hay que distinguir la diferencia entre la “imitación” y la “referencia social”, la referencia social tiene un proceso de apropiación, en vez de nada más copiar lo que hace el papá o la mamá, lo toman como referencia y se apropian de lo que hacen los demás. De esta manera se flexibiliza el pensamiento, dejan de ser rutinarios y atípicos. 

Por último, y a manera de resumen, podemos decir que formar aprendices es un proceso complejo, no automático ni establecido, es muy intuitivo. Es importante generar experiencias personales y compartidas, donde el aprendiz se involucre, tenga retos y responsabilidades. Forjar nuevas vías, ejercitar procesos de comunicación. El potencial de las personas se desarrolla en la medida en que resuelven los problemas por su cuenta, no cuando alguien más los soluciona por ellos. Si se busca siempre la comodidad; que la persona dentro del espectro autista tenga todos los apoyos visuales, una rutina y todo muy ordenado, difícilmente se adaptara a situaciones más “naturales”. Deben existir retos, para que haya un progreso.

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